viernes, 3 de enero de 2020

The fourth commandment

En la numeración católica el cuarto mandamiento es “Honrarás a tu padre y a tu madre”. La versión anglosajona es “Honor thy father and mother”. Supongo que en diferentes idiomas desde la escritura original, en arameo, griego, latín, alemán, francés, italiano, esperanto, hay una palabra equivalente a “Honrar”.

Nótese que NO es AMAR, es HONRAR. El autor bíblico ya había caído en la cuenta que son dos cosas diferentes. Mientras le debemos honra a nuestros progenitores o a quien haya hecho las veces de cuidador, por darnos la vida o velar por nosotros, el amor es una construcción aparte que se genera, nutre y permanece por otros vínculos, estímulos, interacciones y una vez establecido es permanente.

El código penal colombiano, con toda la controversia jurídica que el tema pueda suscitar, tipifica el delito de inasistencia alimentaria. Siempre me ha parecido una cosa medio loca que haya que amenazar a un hombre con la cárcel si no vela por el hijo que engendró. Que cheveridad preñar y largarse ¿No?

Y se me hace muy raro desde un punto de vista genético evolutivo. Si los machos luchan dentro de su especie para que los genes propios prevalezcan, una vez se obtiene el “premio” ¿Cómo lo voy a abandonar?

Un familia fue víctima de un padre negligente. Los niños crecieron, estudiaron, laboraron y mejoraron su calidad de vida. Su padre anciano, enfermo, acabado, regresó. Ellos le tendieron la mano, pero... ¡no lo quieren! Lo honran asistiéndolo en su ancianidad sin amarlo.


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