lunes, 20 de enero de 2020

La culpa no fue mía...

Esta es una discusión pragmática.


Suelo decir que separo lo que otros juntan y junto lo que otros separan.

Dios los cría y ellos, o el diablo, los junta.

Para bien o para mal, terminamos en un bando ideológico, cercano a quienes piensan parecido y alejándonos de otros con ideas diferentes.

Nos parece absurdo que otros no comprenda algunas cosas que para nosotros son obvias, evidentes, sin discusión y hacen parte nuestro "sentido común", que nos es más que nuestro imaginario personal de lo consideramos inequívoco (https://filosofiabaratademurillo.blogspot.com/2020/01/el-sentido-comun-es-el-menos-comun-de.html).

Es elemental que la culpa NUNCA es de la víctima. El victimario siempre será el responsable del acto que daña a otro. El problema está es que hay quienes no entienden este concepto tan simple. Entre otros, agresores, legisladores, sociedad, jueces, personal policial y de salud, familiares, amigos y conocidos de la víctima. 

Y aquí es donde separo, la idea conceptual de que, en la violencia sexual, el único responsable es el agresor; del hecho que, todos debemos procurar y enseñar el autocuidado, el cuidado mutuo, enfatizado siempre en el individuo de mayor vulnerabilidad, que disminuya la posibilidad de tener un evento negativo en nuestra vida.

Es parecido a dejar de fumar, controlar el peso, hacer ejercicio, tomar medicamentos para una condición de salud, usar cinturón de seguridad, etc.

Porque no podemos permitir que:



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