Advertencia:
Contiene lenguaje soez. Se sugiere discreción.
En el cuento "De madrugada" del libro Cuentos para monstruos de Santiago Pedraza se lee:
"Cuando los cuerpos se estaban acercando, el mensaje de un amigo irrumpió en el celular de la chica. A él no le gustó nada, y discutió con ella como si reclamara una propiedad. Las palabras se estampaban en las paredes, los labios daban argumentos sin sentido. Los gritos aumentaron su calibre con cada replica, hasta que finalmente, la mente del chico se descarriló. Y después del primer golpe, se desató una estampida"
Todos los finales de los Cuentos para monstruos representan la venganza de la mujer maltratada, humillada, sometida, sobre el hombre traidor, maltratador, machista, malparido, feminicida. Muy alejado de la realidad cotidiana.
Ese fragmento me recordó un consejo que doy en consulta a las mujeres, sobre todo las más jóvenes:
Si considera un tatuaje de una foto o un nombre, que sea de un familiar consanguíneo, ellos siempre lo serán independiente de la distancia o la calidad de la relación, pero no se vaya a tatuar a un pendejo, que será pasajero en su vida. Pronto se arrepentirá.
Segundo, si su pareja le intenta controlar de alguna manera sus actividades personales, familiares, sociales, sus dispositivos electrónicos, sus redes ¡Huya de inmediato! Le pega una patada en el culo a ese maricón de ñoña y lo manda a la granputa mierda. Que vaya a joder su santísima madrecita. Que lo lidie la que lo parió. Usted no tiene porqué.
USTED NO ES PROPIEDAD DE NADIE
Así empieza lo que terminará en un feminicidio. Luego seguirá una cachetada, después una patada y finaliza apuñalada o baleada.
(Perdón por el lenguaje, en la parte que dice "pendejo", el resto está bien escrito)