sábado, 22 de junio de 2019

Del amor y otros demonios

De la primera carta del apostol San Pablo a los corintios (I corintios 13, 4-8):

El amor es paciente y muestra comprensión. 
El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla
No actúa con bajeza ni busca su propio interés,
no se deja llevar por la ira y olvida lo malo.
No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad
Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.
El amor nunca pasará. Las profesías perderán su razón de ser,
callarán las lenguas y ya no servirá el saber más elevado

Esta descripción se refiere al amor como sentimiento genérico, con muchas variantes: paternal, filial, fraternal, de amistad. Del que vamos a tratar es del amor romántico.

Este título, parodiando al gran Gabo, no pretende llegar a sus cualidades de escritor.

El amor es una adictiva trampa de la naturaleza para garantizar la preservación de la especie.

Si se ve desde el punto de vista de la selección natural darwiniana, tiene sentido. En esta teoría, las mutaciones genéticas de generación a generación, se transmitirán y permaneceran en la especie en cuanto representen una ventaja para el individuo, en cuanto a supervivencia y reproducción.

Obviamente, en los organismos con reproducción sexual, se exige la cópula (bueno sí, con las modernas tecnologías de reproducción asistida, no necesariamente), para lo cual requería ponerles un instinto.

La naturaleza debió imaginar que con la evolución iba a aparecer una especie con inteligencia, a la que no le iba a resultar sufciente el instinto para buscar la cópula, entonces, se inventó el amor como solución.

Ahora, se pueden identificar tres elementos en esta mutación (o serie de ellas) del amor:

El enamoramiento, para el cual hay buena información sobre neutrotransmisores, regiones cerebrales y activación del sistema neurovegetativo. Es esa agradable sensación vaga, indescriptible, etérea y sin localización específica que siente una persona por otra (nótese "persona", sin distinción de género) y que, entre otras cosas, se caracteriza por la idealización del ser amado, no encontrar defectos el, todo se ve perfecto en esa persona. Se compones canciones, poemas, se pinta, se esculpe, y otras cosas mas tontas, en su nombre.

La sexualidad, obvio y, más específicamente, el sexo, es el fin primario de la naturaleza que oculta bajo el sentimiento de amor y que debe procurar el placer, para que pueda repetirse y lograr la reproducción y, finalmente, la transmisión genética y la continuidad de la especie.

Y, el apego, de otra manera, ¿cómo mantedría a una pareja junta para que levante la cría que produjo con en el paso anterior? Es el componente de la relación a largo de plazo que se basa en elementos diferentes al enamoramiento.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

 ¡Sí, ya sé! Ahora vienen los biólogos evolucionitas a decirme que eso no es verdad. Que los neandertales son una especie de hominidos paral...