Para muchos, Frida es un icono del feminismo del siglo XX, que se muestra como una pintora empoderada de su papel artístico, político, social y de pareja.
A los 15 años sufrió un grave accidente que marcó el resto de su vida, sometida a 32 cirugías, uso de dispositivos médicos ortopédicos, postración y dolor.
Se casó 2 veces con Diego Rivera, quien en su época era el artista reconocido, más que ella y con quien no fue feliz. Una de las infidelidades de Diego fue con la propia hermana de Frida.
Evidentemente fue una mujer que tuvo que experimentar mucho dolor físico y emocional.
El dolor es un fenómeno natural y una experiencia universal. Su función biológica es evitar el objeto, circunstancia o situación que lo causa, por lo que es la motivación para abandonar la zona cómoda y crecer, evolucionar, mejorar.
Por ejemplo, en el ámbito del ejercicio, la frase "no pain, no gain"; si no hay dolor, no hay progreso, se refiere a que, para mejorar en un deporte, se debe experimentar cansancio físico, dolor muscular o articular, de otra manera, no hay ganancia.
Muy diferente es el sufrimiento, el cual es absolutamente opcional y ocurre cuando, no se toma control, ni decisión, ni empoderamiento de sí mismo y su destino y se continúa cerca de la situación que genera dolor o, se recuerda, revive y hay revictimización una y otra vez, sin lograr superarlo.
Muchas de las frases de Frida, expresan la dependencia emocional que suele confundirse con amor. Por ejemplo:
Esta que luce como una típica frase de amor y admiración pero expresa la idealización del otro, en vez de una imagen objetiva de la persona.
Las personas no se enamoran del individuo objeto de su admiración, sino de la imagen mental que crean, de las expectativas, de un proyecto y, luego sufren porque esa persona no cumple con esa idealización, imagen, expectativa, proyecto, que solitos han creado.
En otras palabras, crean su propia película de un supuesto futuro con esa persona y viene el dolor cuando no se cumple.